22 may 2009

Benedicto XVI en Facebook - pope2you.net. El Papa Ratzinger y la idolatría de la tecnología

Este domingo 24, día Mundial de las Comunicaciones, el papa Benedicto XVI iniciará su peregrinaje en Facebook , se accede a través de pope2you.net. Mensualmente Google recibe unas 50.000 consultas sobre Benedicto XVI, sobre Ratzinger o Pope Benedict recibe una media de 110.000 consultas. Esto es sólo una pequeña parte del enorme volumen y la amplia variedad lingüística de estas consultas, lo que ha provocado la reacción del Vaticano. Sin embargo, su comunicación en Internet es algo más compleja que la mera publicidad.

A diferencia de los medios de comunicación de masas como la televisión, donde los telepredicadores construyeron mejores nichos, durante los últimos quince años el Vaticano ha ido consolidando posiciones en Internet gracias a un difícil equilibrio que recomienda el uso virtuoso de la red a la par que condena la idolatría tecnológica.

En el mes de junio de 2006 Josep Ratzinger alcanzaba el máximo de consultas en Google desde el inicio de su mandato. Sin embargo, a partir de fines de 2006 el Vaticano invirtió la tendencia. El inicio del papado de Benedicto XVI había supuesto la subida más espectacular del portal del Vaticano. En el ranking mundial que realiza Alexa.com, en 2006 subió de la posición 7.000 a la 2.253, invirtiendo una tendencia al descenso por debajo los diez mil puestos que había sufrido durante el segundo semestre de 2004. En 2009 el portal del Vaticano está en las posiciones de 2004, en el momento de escribir esta artículo su posición es la 10.676.

La presencia en los medios sociales es fruto de una compleja posición tecnológica y moral labrada durante el papado de Wojtila que promovió la publicación y difusión por Internet con éxito. Hoy, la conferencia episcopal española tiene indexadas en Google una 10.000 páginas, la Archidiócesis de Madrid, más de 14.000 y el propio el Vaticano más de 111.000.

El acercamiento a la Red se anticipó en varios años a la explosión de publicaciones de hipertexto, la world wide web y a la Internet participativa conocida hoy como web 2.0 En 1990, cuando empezábamos la Internet en España, Juan Pablo II recuperó la doctrina del Vaticano II (Communio et Progressio 1971) y no demonizó la tecnología, al contrario con la llegada de las telecomunicaciones informáticas y de los sistemas de participación informática, a la Iglesia se le ofrecen nuevos medios para llevar a cabo su misión. Métodos para facilitar la comunicación y el diálogo entre sus propios miembros pueden fortalecer los vínculos de unidad entre los mismos. El acceso inmediato a la información le da a la Iglesia la posibilidad de ahondar en su diálogo con el mundo contemporáneo. En el marco de la nueva cultura informática, la Iglesia tiene más facilidades para informar al mundo acerca de sus creencias y explicar los motivos de sus posturas sobre cualquier problema o acontecimiento concretos. También puede escuchar con más claridad la voz de la opinión pública y estar en el centro de la discusión continua con el mundo, comprometiéndose así a sí misma más inmediatamente en la búsqueda común por resolver los problemas más urgentes de la humanidad (cf. Communio et Progressio, 144 ss).

Este acercamiento de la religión a la ciencia y la técnica no fue algo simple. La posición cuatro años antes estaba vigilante y así seguiría. En 1987 al tratar sobre la cuestión social viene a afirmar que en los actos concretos de las personas, algunas decisiones estarían encuadradas en estructuras de pecado contribuyendo a que la tecnología fuera una forma nueva de idolatría .

Una década después a través de “Fe y Razón” (1998), Juan Pablo II previene de nuevo contra el deslumbramiento de la tecnología: la ciencia se prepara a dominar todos los aspectos de la existencia humana a través del progreso tecnológico. Tan sólo dos años después, la explosión de la ‘burbuja tecnológica’ acabaría con la utopía de el dorado en Internet y con el ahorro familiar de muchos.

Las capacidades de la ciencia no fueron puestas en cuestión por Wojtyla, pero sí la digestión idealizada que se puede tener de sus resultados aparentes: gracias a las conquistas científicas, el hombre, como demiurgo, puede llegar por sí sólo a conseguir el pleno dominio de su destino. Este optimismo racionalista contrastó, para Juan Pablo II, junto a la tentación de la desesperación, como una de las mayores amenazas del fin del siglo XX.

Así mientras expresa admiración y aliento por los pioneros de la investigación científica exhorta a mantener el horizonte sapiencial en el cual los logros científicos están acompañados de valores filosóficos y éticos. La sociedad del conocimiento estaría orientada por la verdadera sabiduría, es decir, la práctica de la virtud y es precisamente en la sabiduría donde Juan Pablo II se acerca más al humanismo renacentista europeo de Luis Vives que al espíritu ilustrado francés de las luces.

En la búsqueda del significado de la tecnología Es esencial que nos convenzamos de la prioridad de lo ético sobre lo técnico (…) Solamente servirá a la causa del hombre si el saber está unido a la conciencia. La teología es la clave del sentido de la técnica para las personas Los hombres de ciencia ayudarán realmente a la humanidad sólo si conservan 'el sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el hombre.

A principios del XXI, en su primera encíclica, “Deus caritas est” Benedicto XVI es continuista respecto a la responsabilidad de este uso práctico y ético de la tecnología en relación con el amor y la caridad:

Los medios de comunicación de masas han como empequeñecido hoy nuestro planeta, acercando rápidamente a hombres y culturas muy diferentes. Si bien este « estar juntos » suscita a veces incomprensiones y tensiones, el hecho de que ahora se conozcan de manera mucho más inmediata las necesidades de los hombres es también una llamada sobre todo a compartir situaciones y dificultades. Vemos cada día lo mucho que se sufre en el mundo a causa de tantas formas de miseria material o espiritual, no obstante los grandes progresos en el campo de la ciencia y de la técnica. Así pues, el momento actual requiere una nueva disponibilidad para socorrer al prójimo necesitado. El Concilio Vaticano II lo ha subrayado con palabras muy claras: « Al ser más rápidos los medios de comunicación, se ha acortado en cierto modo la distancia entre los hombres y todos los habitantes del mundo [...]. La acción caritativa puede y debe abarcar hoy a todos los hombres y todas sus necesidades ».

Finalmente el uso de Internet ya no se plantea como combate filosófico y moral entre el bien y el mal, entre teología y tecnología. Es posible que la lógica de la técnica no aporte en sí misma un sentido moral y sí en cambio, extienda una percepción mágica de los mecanismos de la ciencia. Sin embargo, será bastante difícil que hoy en día sea posible la sabiduría sólo con las tecnologías del siglo XV o del XX, es decir, sin el concurso de la red, cuyo uso solidario ya está consiguiendo verdaderos prodigios.

En este Día Mundial de las Comunicaciones Benedicto XVI lanza un mensaje sobre redes sociales como Facebook y MySpace El concepto de amistad (...) es una de las más nobles conquistas de la cultura humana. En nuestras amistades, y a través de ellas, crecemos y nos desarrollamos como seres humanos. Precisamente por eso, siempre se ha considerado la verdadera amistad como una de las riquezas más grandes que puede tener el ser humano. Por tanto, se ha de tener cuidado de no banalizar el concepto y la experiencia de la amistad.

Esta semana asistimos al difícil movimiento de una compleja institución que empieza a predicar en Internet con su propio ejemplo.


(c) Chimo Soler 2009

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